rito pagano


La Biblia dice “No tendrás otro Dios que a mí. No te harás esculturas ni imagen alguna de lo que hay en lo alto de los cielos, ni de lo que hay abajo sobre la tierra, ni de lo que hay en las aguas debajo de la tierra. No te postrarás ante ella” (Éxodo. 20,4). Ante esto una pregunta: ¿Cómo es posible que saquen imágenes a la calle, se les rece o incluso asocien a Dios con otras figuras: Vírgenes, santos, apóstoles?

Los católicos se fundamentan en que las imágenes son adoradas como una representación de Dios y no como un “Ídolo” que tiene vida y poderes propios, idea ésta última que procede del paganismo. A continuación voy a desmigar la Historia y demostraré que las sagradas escrituras no permiten la Idolatría de iconos; por lo tanto, la Semana Santa es un rito pagano y contradictorio.

Antes que el cristianismo fuera una religión oficial no existía la veneración de imágenes. Los cristianos se refugiaban en catacumbas y, en secreto, esculpían o pintaban símbolos, alegoría o pasajes de la vida de Jesús. Tras el Edicto de Tesalónica (380), la iconografía tuvo una función teológico-gráfica de adoctrinamiento para hacer llegar fácilmente a los analfabetos la palabra de Dios. Con el Románico (s. XI) aparecen las primeras esculturas votivas, de madera o marfil, que sirvieron a su vez para reconducir el culto pagano a los ídolos que en muchos pueblos europeos, todavía en el año mil de nuestra era, prevalecían. No obstante, estas imágenes no eran veneradas en procesión tal y como hoy en día lo hacemos, sino que servían de adornos para los altares de la Iglesia.

Va a ver un suceso que hará cambiar el pensamiento eclesiástico en todo Occidente. A mediados del siglo XVI, Martín Lutero promueve la “Reforma Protestante” y debilita a la Iglesia católica. La reacción del Papa fue la “Contrarreforma” y España se convirtió en el principal bastión del Vaticano. Es entonces cuando las imágenes se van a sacar en procesión como símbolo de poder, de esa guerra de religiones. Aquí comenzó todo.

Así pues, las imágenes se convirtieron en ídolos. Esto se demuestra en los ritos que se observan alrededor de la Semana Santa. Pedimos salud o dinero cuando besamos los pies de un Cristo; requerimos la solución de una enfermedad con la “manda”, caminando descalzo o con los ojos vendados detrás del trono; tocamos el manto de la virgen como si en este ritual recibiéramos energías del mismo Dios.

Esta actitud es la misma que el chamán que le baila al dios árbol, el budista que coloca su petición escrita a los pies del Buda de la fortuna, el hindú que canta el Aarti. En fin, que nosotros también paganos y vamos en contra de nuestro propio dogma.