Analizando el actual contexto político de
mi país, desde el extranjero, y tratando el
polémico tema del creciente apoyo ciudadano a PODEMOS,
he llegado a la siguiente conclusión: El grupo PODEMOS,
a mi entender, no se trata de un movimiento oportunista,
populista y sin fundamentos, tal y como nos
quiere vender la
caterva de conservadores de viejo cuño que
tanto abunda por
allá. El grupo PODEMOS es el resultado de un
cambio de conciencia que, paulatinamente,
se está generando en España y que, a su
vez, se remonta bastante atrás en el tiempo.
Llegó un momento en que la conciencia ciudadana comenzó a
cuestionarse los propios fundamentos de la Democracia, sobre todo
en aquéllos que fueron partícipes de los interesantes cambios que
se produjeron en los años ochenta y noventa (la caída del muro de
Berlín, la crísis económica de 1993,
el 11S, los atentados de Atocha o la guerra de Iraq y Afganistán). Por primera vez en muchos años las masas se movilizaron y salieron a
la calle para protestar por su disconformidad con lo preestablecido.
Primero lo hicimos masivamente contra la violencia
de ETA en
1999,
momento tras el cual dejamos de tener miedo y nos dimos cuenta que
podíamos inundar las calles y alzar la voz; después fue el desastre
del Prestige
(2002) y
las movilizaciones de voluntarios que limpiaron de chapapote
las costas gallegas, hecho dignísimo de solidaridad entre regiones.
Más tarde, en el 2003
millones de españoles se manifestaron en contra de la guerra de Iraq
y, poco después, en el 2004,
tras los terribles atentados de Atocha, y muy al contrario que los
patriotas estadounidenses, los ciudadanos españoles dieron su voto
de castigo al gobierno de Aznar y le derrocaron del gobierno por
apoyar la guerra. Entonces, sobrevino la crísis económica actual, y
en el 2011
un conglomerado formado por jóvenes estudiantes, adultos
desempleados, inmigrantes, jubilados, en otras palabras, las voces
que estaban siendo silenciadas por el presente contexto, acamparon en
las principales plazas de España dando comienzo al movimiento del
15 de Marzo. Cientos de miles de “indignados”
protestaron por la conveniencia e ineficacia del bipartidismo
PP-PSOE.
Para terminar, si miramos atrás, todos esos españoles que
han presenciado los anteriores sucesos, que ya están hartos de la
situación actual, que se sienten rechazados por el sistema, que
padecen las consecuencias de una crisis que ya dura siete años, que
no se ven representados por ningún partido político de los que nos
gobiernan o que no soportan más el profundo nepotismo que
caracteriza las administraciones y los ayuntamientos; todos esos
individuos han empezado a “pensar
diferente” y ven una posible puerta
de salida en el grupo PODEMOS.
Seguramente, serán muchos los que votarán a Pablo
Iglesia en las próximas elecciones,
incluso podría salir victorioso en las urnas. Pero lo que casi nadie
ha logrado entender es que Pablo Iglesias y su grupo PODEMOS son el producto de la política desacertada de los últimos veinte
años... y no un arribista desenfrenado.