Violencia policial en España

Hablando de policías; a raíz de la política de recortes llevado a cabo por el actual gobierno conservador de España, se ha decretado la nueva ley de Seguridad Ciudadana (o Ley Fernández 07/2014) encaminada a reprimir las protestas públicas y favorecer la contra-violencia  policial. A consecuencia de la mencionada ley, el talante despótico del aparato policial (fruto de una herencia franquista) ha sacado a la luz los peores episodios de represión estatal de la historia de la Democracia. 

Durante las manifestaciones del 15M el gobierno entrevió que el descontento social se estaba incrementando a un ritmo alarmante. En un principio intentó desacreditar cualquier protesta que no estuviera ligada a la "normalidad". Pero, a partir de entonces, ocurrió que, tras las quejas de instituciones públicas, privadas y de agrupaciones políticas, les siguieron millones de voces (ver protestas en España 2011-2014) que, sin necesidad de estar bajo las siglas de "algo", salieron a la calle a gritar consignas en contra del gobierno. 

Viendo peligrar la estabilidad social, el gobierno modificó la ley de Seguridad Ciudadana con el objetivo de frenar esta oleada de indignación, otorgando al "brazo de la ley" impunidad para ello. Y no ha sido poco la que ha caído. Hay una incontable lista de casos de abusos excesivos, incluso de torturas a detenidos por parte de la policía. Sólo basta con "googlear" las palabras "violencia policial en España" y te aparecerán cientos de noticias periodísticas, artículos de blogs, incluso informes de Anmistía Internacional y grupos pro derechos humanos demandando la brutalidad empleada por las fuerzas del orden público.  

Hay diversidad de opiniones al respecto. Unos elogian a la policía por ser una pieza clave para el mantenimiento del orden. Otros, sin embargo, critican ferozmente sus actuaciones desmedidas que, además, no pueden ser juzgadas por ningún tribunal ya que los agentes del cuepo se niegan a identificarse

Para terminar, voy a exponer una reflexión personal: 

En Escocia la policía no lleva armas consigo; tampoco actúa con excesos cuando detiene a un presunto infractor o disuelve una manifestación; y nunca te pide la documentación por la calle o te arresta por negarte a dársela. En Escocia el respeto entre ciudadanos y cuerpo de policía es encomiable. Pero cuando pienso en mi país, en la violencia policial que se ejerce casi a diario, y que pretende suprimir un derecho fundamental como es la libertad de protestar, me doy cuenta de lo incivilizado que estamos. 

¡Ay de mi! ¡Pena mortal!, porque me alejo, España, de ti. ¿Por qué me arrancan de mi rosal? (Suspiros de España)